sábado, 29 de enero de 2011

Nuevo blog de venta e intercambio - España

¡Hola!

He creado un blog para que que nos sirva como lugar donde poder subir las cosillas que queremos intercambiar o vender
(libros, manga, cd's, pelis, muñecas...)



si estais interesados en publicar vuestro "excedente" dejad un comentario o escribirme un correo a saisy_06@hotmail.com


igualmente, si estais interesados en recibir las ofertas que vayamos subiendo haceros seguidores

http://zonadeintercambiolibre.blogspot.com/

¡besos!

jueves, 27 de enero de 2011

Gritos en la oscuridad, lluvia



Lluvia


ÉSTE SOY YO PARA SIEMPRE
UNO DE LOS PERDIDOS
EL ÚNICO SIN UN NOMBRE
SIN UN CORAZÓN HONRADO COMO COMPAÑÍA
ÉSTE SOY YO PARA SIEMPRE
UNA PERSONA SIN UN NOMBRE
ESTOS VERSOS SON EL ÚLTIMO ESFUERZO
PARA ENCONTRAR EL SENTIDO DE VIDA PERDIDO
OH CÓMO DESEARÍA
UNA LLUVIA CONSOLADORA
TODO LO QUE DESEO ES PODER SOÑAR OTRA VEZ
MI CORAZÓN AMOROSO
PERDIDO EN LA OSCURIDAD
POR
ESPERANZA DARÍA LO MEJOR DE MÍ…
Nemo, nightwish.



Pov Edward

_doc., búsqueme, me siento perdida, ayúdeme…_ decía desde algún lugar mi Bella mientras me sentía cada vez mas desesperado.

La oscuridad no me dejaba ver, podía sentir el césped en mis desnudos pies, a lo lejos escuchaba el agua correr, quizás un lago o un río, pero poco importaba, solo quería ver a bella, debía estar asustada, perdida, en este lugar, seguí caminando sin rumbo fijo.

Podía oler al musgo a mí alrededor, la humedad la sentía en mi piel y como a flores ¿Dónde estaba? Y lo más importante ¿Dónde estaba bella?
Me adentre mas en la oscuridad, mis piernas parecían cada vez mas pesadas, cuando a lo lejos escuche el lamento de un animal.

Me apresure con miedo, tropezando con rocas y ramas y todo lo que me encontraba a mi paso, por favor no, pensaba mientras avanzaba. Mi única preocupación era bella mi ángel tenia que estar bien.

Me adentre hasta que la luz de la luna ilumino un pequeño claro y ahí estaba una mujer, la observe por unos segundos hasta percatarme de quien se trataba era ella, era mi bella, su cabello caía en ondas, y estaba de espaldas a mi, cuando se volteo quede estático en mi lugar.

_doc., ¿Qué he hecho?_ decía mientras veía con incredulidad como su boca estaba manchada de sangre, sus ojos rojos, su ropa rasgada y a su pies yacía un animal sin ningún atisbo de vida ya.

_soy un monstruo, debe alejarse de mí _ dijo con la voz rota pero, mis piernas se movieron solas e intente abrazarla pero, ella se movió demasiado rápido y termino al otro lado del claro.

_debe alejarse de mi, no debe buscarme mas, soy peligrosa para usted comprenda doc._ decía mientras parecía tener una guerra con ella misma ¿Cómo podía pedirme eso? Jamás me alejaría de ella.

_no quiero_ dije con firmeza mientras ella me miraba incrédula y en un segundo la tenia devuelta frente a mirándome con los ojos sombríos.

_aléjate de mi_ dijo tomándome de la camisa y apartándome con una fuerza arrolladora que me hizo golpear contra los árboles, la mire aun no pudiendo creerlo mientras ella se alejaba de mí con los ojos perdidos.

Le grite en la oscuridad le suplique que regresara pero, ya era muy tarde ella jamás regresaría a mi. Todo estaba perdido…

El despertador comenzó a sonar, su ruido estridente me saco de la ensoñación, la lluvia se escuchaba como ruido de fondo, otro día de lluvia pensé ¿Dónde estaría ella? Siempre era mi primer y ultimo pensamiento, ella, mi ángel.

Había pasado ya 3 meses desde que había desaparecido, literalmente parecía como si se la hubiera tragado la tierra, cada día se había vuelto monótono y oscuro, la buscaba, no perdía la esperaza de encontrarla pero, cada vez se hacia mas remota la posibilidad, su cara empapelaba la ciudad, cada dos segundo pasaban en las noticias la información sobre la desaparición de Bella alegando que era muy peligrosa ¿Cómo si supieran algo? Ella no era peligrosa, era una niña asustada en la oscuridad.

Me vestí con el mismo ímpetu que siempre, me sentía quebrado roto por dentro, ya no podía sentirla, la única manera de verla eran estos extraños sueños, cada vez mas nítidos, necesitaba un comprobante de vida, algo que digiera que ella fue una realidad que realmente fue parte de mi vida.

Me sentía tan abrumado, mi amor por ella no desaparecía, es mas, se expandía como un cáncer, colmaba cada fibra de mi ser, aun tenia el sabor de sus labios en mi boca, yo no veía a nadie mas, no podía, todo me la recordaba, solía pasar horas encerrado en el que fue su cuarto, mis visitas nocturnas había incrementado, y pasaba confinado a ese lugar, absorbiendo como un enfermo el aroma de su cabello que había quedado plasmado en las almohadas.

Tan solo deseaba verla, saber que estaba bien, cuidarla pero, ese infeliz me la arrebato la aparto de mi lado, de su captor no había información, era un fantasma según los registros no existía ¡maldita sea! Si se supone que estaba en uno de los mejores institutos de la ciudad, el más complejo y seguro ¡puras mentiras! A la primera de cambio no pudimos evitar que secuestraran a una paciente en su propia habitación.

Cerré mis ojos y me revolví el cabello, me encamine al baño y Labe mi rostro, el reflejo me devolvía a un hombre consumido por su dolor, mis ojos estaban apagados, sentía un vacío en el pecho que me iba devorando poco a poco, sin ella era solo un recipiente vacío.

Me vestí sin mucho animo y salí a la calle a caminar, no tenia ánimos de conducir, deje que la lluvia cayera sobre mi cuerpo, después de todo era mi día libre, camine por las deshabitadas calles de la ciudad, mientras las gotas de lluvia rebotaban en mi pecho, me coloque debajo de un pedazo de techo que sobresalía en una de las tiendas electrónicas.

Me voltee y desde el vidrio se podía ver nuevamente la cara de mi ángel en las noticias.

aun no hay rastro de la paciente 3346, la señorita Isabela Marie Swan acusada del homicidio de sus padres, continua desparecida. Todos recordaran el escándalo con esta menor en el juicio y la reclusión en el instituto mental, debido a que se la declaro inimputable, fuentes confiables avisan que fue secuestrada de su habitación, mientras esta dormía, aun no se han tenido noticias sobre la paciente, seguiremos informando…”

Toda la perorata me tenía cansado cuando escuche a pocos metros un ¡patrañas! Me voltee y frente al vidrio con las manos pegadas a el mirando las noticias había una joven, que lucia una capucha estaba tan o mas mojada que yo cuando se volteo quede congelado, la voz se me atoro en la garganta, mientras sentía que mis cuencas se desorbitaban, sus ojos chocolate me miraron atentamente, mientras se abría por la impresión.

Avance unos pasos sin ser consiente de mis movimientos, algunos mechones se escurrían por su hermoso rostro, una lagrima bajo por su mejilla la aparte con mi mano y la abrasé ella envolvió sus brazos en mi cintura, mientras la lluvia caía sobre nuestro cuerpos la podía sentir sollozar debajo de mis brazos y yo no pude resistirlo mas, lagrimas silenciosas caían de mis ojos sobre su cabello confundiéndose con la lluvia que nos bañaba ambos caímos al suelo, aun abrazados, mientras esta lluvia nos regalaba la tranquilidad que ambos anhelábamos, ya no estábamos solos, nunca mas…

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bueno ya se me tarde, tenia que publicar el domingo pero no encontré inspiracion y gracias a este hermoso tema logre lo que necesitaba espero que los disfruten besitos las quiero, dejen sus huellitas...




miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 6: Sorpresas


Sorpresas

POV Edward

Maldita la hora en que dejé seducirme por Isabella Swan

Maldigo mil veces la atracción que siento por ella…

Maldita humana!

¿Cómo diablos se había atrevido a jugar conmigo?, después de que le salvé la vida, de que trate de hacer algo lindo por ella después de causarle tanto daño… yo solo quería remediarme. Pero Bella acabó con todas mis intenciones… Se burló de mí en mis propias narices y yo como un imbécil caí, y lo que más me encabronaba, aun más que sus caricias llenas de mentira. Era que la necesitaba…

Deseaba terminar lo que había dejado inconcluso; besarla hasta que sus labios se tornaran hinchados y hacerla mía hasta el cansancio, anhelaba escuchar mi nombre en medio de gemidos cuando la hiciera estallar de placer… mas nada eso sucedería, ella estaba cegada por el odio y la venganza y yo no le permitiría uno más de sus juegos y engaños.

Ya no más… se acabó el vampiro bueno. Me prometí a mí mismo.

Escalé el árbol con rapidez y observé desde allí la casa de esos descerebrados. Aún me preguntaba cómo podían resistirse a la sangre de una humana a tal grado que tenían a una humana con ese dulce liquido corriendo por sus venas conviviendo con ellos.

¿Sabes por qué, Cullen?, Por la misma razón que tú te resistes… porque la quieres…

Ag. Maldita conciencia... ¿por qué no te callas?

Sabes perfectamente que lo que digo es cierto. Tú deseas algo más que su cuerpo y que su sangre. Amas su forma de ser, anhelas ser el dueño de su corazón…

Bufé al ver que esa molesta vocecilla no silenciaría sus palabras. Observé el pino que tenia enfrente, calculé la velocidad con la que debía saltar y salté. El pino era mucho más alto que el árbol en el que me encontraba anteriormente por lo que podía tener una mejor vista de la casa y del ático…

Me preguntaba si ella estaría durmiendo o quizás estaría planeando algo para joderme. Ok, me estaba volviendo algo paranoico, pero Bella era un cofre lleno de sorpresas.

Agudicé mi oído y presté atención a cada sonido detenidamente; Cayo y Marco conversaban sobre el cristal roto y de lo insolente que yo era; Félix, Jane, Heidi y Demetri jugaban a las charadas, y por ultimo Bella dormía profundamente en su habitación.

Y si le echaba un vistazo; si entraba silenciosamente en su habitación y la veía unos minutos

Tus promesas se deshacen como las huellas en la arena junto al mar…

Solo serian unos minutos, no estaría rompiendo mi promesa… ¿O sí?

Salté y salté de árbol en árbol hasta llegar a uno cercano a su habitación. Pude visualizar por e ventanal triangular su cuerpo descansando plenamente en el sofá.

Me colgué de la cornisa y subí silenciosamente al techo; si saltaba haría demasiado ruido y lo que menos quería en este momento era que me descubrieran. Encontré una ventana abierta, me deslicé dentro; Su aroma inconfundible inundó mis pulmones, como un loco drogado inhale todo lo que pude aprovechando esta oportunidad. Sabia perfectamente que él estúpido de Demetri no me dejaría acercarme después de lo sucedido está noche y ella tampoco me quería cerca… aunque con tal de saciar mi sed de ella…

Avancé lenta y cautelosamente dentro de la habitación como había aprendido a hacerlo durante los entrenamientos en Volterra; ser cauteloso a la hora de atacar y acechar era una de las reglas de oro al ser guardia. En este momento era cuando más le agradecía a Kate y Jasper por haberme enseñado a perfeccionar está regla.

Me acerqué al sofá en donde ella dormía y caí en su hechizo una vez más; verla dormir era una de mis más grandes debilidades, en este estado ella perdía todo rastro de tristeza, se veía inocente, pura y frágil.

Su pecho subía y bajaba y su corazón latía con frenetismo. Debía estar teniendo una pesadilla o algo así.

-No me hagas daño Edward, por favor.-suplicó con lágrimas en sus mejillas. Me desagradó la idea de que ella aun pensara que le podía hacer daño. La prueba de que no la lastimaría era su misma existencia...Cuando bebí su sangre no fue solo la llamada de Carlisle lo que me detuvo y me impidió matarla, algo dentro de mí también me frenó.

¿Por qué? aun no lo sabía, aunque mis siguientes palabras me dieron la respuesta.

-No me lastimes!-suplicó de nuevo sin pensarlo me arrodillé junto a ella.

- Shh, Bebé.- acaricié lánguidamente su cabello mientras le susurraba al oído lo más bajo que pude.-Yo nunca te haré daño porque tú eres mi obsesión, mi Bella, porque te necesito…

Nadie escuchó nada, solo Bella en su inconsciencia y yo. Al parecer mis palabras surtieron efecto, su pesadilla se disipó.

Sonreí para mis adentros al ver que ella tenia puesta mi chaqueta. No había sido mala idea después de todo obsequiársela.

Un cuaderno violeta con líneas plateadas entrecruzadas en el borde derecho que estaba junto a ella, llamó mi atención. Tenía un pequeño cerrojo de oro y una llave de ese mismo material introducida en la hendidura.

Bella empezó a moverse de nuevo incomoda y sus ojos se abrían lentamente. Ella no podría verme aquí, se sobresaltaría demasiado. Tomé el cuaderno, salí rápidamente por la ventana de la habitación. Me balanceé de nuevo entre los arboles hasta llegar a un roble gigantesco, me acomodé entre el tronco y una rama gruesa fuerte.

Giré la llave del cuaderno, lo abrí: en la primera página había una fotografía de Bella y Alec fundiéndose en un beso. Una punzada de ira emergió a la superficie, un deseo ardiente de ser yo quien rozara esos perfectos, carnosos y sonrosados labios.

El pie de foto rozaba: Mi dulce locura.

Bella Swan, Alec Vulturi

La punzada de ira crecía cada vez más, ¿qué me ocurría?, era extraño sentir ira al ver una insignificante fotografía. Me estaba volviendo loco o…

Estaba celoso…

No, no, no… los celos no se sentían así, ¿verdad?, pero que iba a saber yo sobre los celos, jamás los había experimentado, siempre conseguía todo lo que quería. Bella era lo único que se me había escapado como agua entre los dedos. Seguí pasando las páginas y echándole una ojeada a sus notas. Lo que tenia entre mis manos curiosamente era su diario de vida, un vistazo a su mente. Me dio curiosidad ver lo que había escrito en estos últimos días, siendo más exacto desde mi llegada, el día de hoy llamaba especialmente mi atención.

No me sentía como un intruso fisgoneando entre sus cosas, al contrario, me sentía con todo el derecho de conocerla mas a fondo.. Ella era mi obsesión, era mía…solo mía…

Encontré la nota del día de hoy y comencé a leerla:

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Querido Diario

La noche transcurre lentamente y aun no puedo dejar de pensar en él; en su cabello cobrizo, en su piel blanca y fría, en su tentadora voz, en sus labios sobre mi piel…

Sonreí lleno de sorpresa.

Todo de él me atrae. Es como si fuéramos imanes con la misma polaridad, no nos repelemos, nos atraemos más, sin poder evitarlo.

Buena suposición mi bella

Pero no importa cuanto nos atraigamos… nunca estaremos juntos. No cuando la sombra de Alec me rodea a cada momento al igual que otros miles de prejuicios más están en nuestra contra. Aunque me duela en el alma escribir esto, debo agradecer esos prejuicios que nos atan. Yo debo odiarlo el es un asesino… es lo único que debo sentir por él… Odio, pero aun así no dejo de arrepentirme de haber jugado con él..Me siento vacía, triste y sobre todo avergonzada de mi misma, ningún rastro de alegría por haberme vengado… Esto es lo que más me duele haberle pagado de está forma por haberme salvado la vida

Quiero disculparme con él… Quiero besarlo. Quiero decirle cuanto lo necesito a mi lado

¿Por qué, ha?, ¿ Por qué esa obsesión con él?.. Daría tanto para que las cosas fueran diferentes, que el y yo nos hubiéramos conocido en otra ocasión, bajo otras circunstancias, pero no se puede cambiar la realidad.

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No se puede cambiar, bebé, mas la atracción que tú y yo sentimos es mucho más fuerte que cualquier prejuicio

Las promesas se deshicieron como la arena que se lleva el mar. Ahora que sabía lo que realmente pensaba mi perspectiva era totalmente diferente

Cerré el diario y lo sostuve entre mis manos reproduciendo una y otra vez sus palabras en mi mente, entre ellas se colaron algunas imágenes de los momentos en mi habitación, debo admitir que me arrancaron un par de sonrisas, sobre todo cuando veía sus ojos oscurecerse de deseo y la hacia gemir.

De lo único que me arrepentía esa noche era de no haberle robado un beso, pero estaba 100% seguro de que pronto lo haría así Bella no lo quisiese, aunque después de estuviera entre mis brazos y mis labios estuvieran sobre los suyos ella cedería.

-¿por qué estás tan sonriente, Ed.?-preguntó una vocecilla desde abajo

Gruñí. Estaba tan inmerso en mis pensamientos que ni siquiera había notado la presencia de Heidi. Bella me tenía en las nubes, bloqueaba cada uno de mis sentidos.

Incliné mi cabeza y mi cuerpo hacia abajo para verla.

-¿qué tienes en la mano?- preguntó sonriente. Santa Mierda, el diario!.. A veces Heidi podía ser tan Alice, tan inoportuna..

Cogí el diario rápidamente y lo guarde dentro del gran bolsillo de la gabardina que había ido a buscar hace unas horas después de la pelea con Demetri

-Nada que te importe, niñita.-respondí tajante. -piérdete!

-No seas grosero Eddie. Yo sé que en el fondo te caigo bien.- se aproximó un poco al árbol en el que yo me encontraba, saltó y se sostuvo de la rama en la que yo me encontraba, luego se incorporó y se acomodó en la rama junto a mi. No dejaba de fascinarme sus movimientos sensuales y rápidos. En si Heidi era una vampira muy hermosa, sin embargo yo conocía a una humana mucho mas fascinante con unos profundos ojos marrón chocolate…

Sonreí de nuevo

Oh cielos... otra sonrisa… Eso está muy raro….tendré que averiguarlo. Pensó Heidi.

-¿Por qué salvaste a Bella?- comenzó el interrogatorio con los ojos repletos de curiosidad.

- No-te- importa-articulé enfatizando cada palabra.

Heidi hizo un puchero. Definitivamente ella era igual Alice.

-por fis, Ed.-pidió

-No!

- entonces respóndeme esta.-se inclinó hacia mi; su frio aliento impacto en mi oreja – ¿quieres acostarte con bella?-susurro en mi oído

Demonios!, ¿cómo lo supo?

¿Apuesto a qué si Ed?

-Espera. No digas nada. Dicen muy bien que el que calla otorga

Gruñí

-Basta! Déjame en paz.-dije algo furioso, aunque estaba tan feliz por lo de esta noche que nada de lo que ella hiciera opacaría mi felicidad.

-Ja, si quieres. Lo veo en tus ojos cuando la miras. Te derrites por ella.-exclamó

-¿Te vas o me voy yo?-le advertí

- Solo me iré si gritas: Soy Edward Cullen y estoy jodidamente obsesionada y enamorado de Bella Swan

Me reí ante su suposición. Enamorado… por favor. Era algo tan disparatado incluso para unos vampiros descerebrados como ellos. Lo que yo sentía por Bella no iba más allá de la atracción tanto por su sangre como por su cuerpo.

-Estás demente.-dije aun riéndome.

-No es gracioso, Edward.-repuso ella-¿por qué te es tan difícil aceptarlo?.

-porque no es cierto, Heidi. Yo no siento nada por Bella… nada, que te quede bien claro

-Suenas a la defensiva Eddie, o sea que es cierto!-dijo emocionada- tu reacción me lo acaba de confirmar,

-tienes mucha imaginación niñita,-dije palmeándole la espalda.-hasta puedes escribir un libro.

-Edward sabes que es cierto. -prosiguió ella

-Se podría llamar…-continué yo interrumpiéndola

-Bella y tu…

-Un paseo por el rincón de las ideas estúpidas…

-No intentes negarlo mas!-dijo irritada,

-Suerte con tu libro niñita.-dije y me bajé del árbol, Caí en cuclillas sobre el césped y corrí hacia la casa. No quería seguir escuchando las babosadas de Heidi. Escalé la pared y me deslicé dentro de mi habitación. Todo seguía intacto; mi camisa en el suelo y la cama deshecha que me traía tantos recuerdos

Bella...

Me acosté en la cama. El aroma de bella aun seguía impregnado en la sabana. Aspire todo lo que pude como si de una droga se tratase. Cerrando mis ojos fuertemente todos mis sentidos fueron bloqueados y mi mente comenzó a divagar por un lugar lejano imaginándomela una y otra vez..

Unos golpecitos en la puerta me sacaron de mis cavilaciones

-¿Edward?-me llamó una voz al otro lado de la puerta. Una voz suave y tímida que nunca podría olvidar aunque la hubiera escuchado solo un par de veces.

Me puse de pie, abrí la puerta y allí estaba ella; su cabello lacio y rubio, sus aun conservaban ese claro azul profundo. Jane.

Sus latidos se volvieron aun más rápidos.

Estoy segura de que lo he visto antes, sin embargo, no recuerdo donde. No puedo evitar ponerme nerviosa.

Ay Jane… Si supieras que estás frente de tu creador. Que una parte de mi vive dentro de ti, que mi ponzoña corre por tu cuerpo. Lástima que no te convertiste por completo, hubieras sido unas letal y guapísima vampira.

-¿quién eres tú?-pregunté como si nunca la hubiera visto en mi vida.

-Jane. Jane Swan.-respondió ella con una medio sonrisa.

- Mucho gusto Jane-dije inclinándome para besar el dorso de su mano saludándola con cortesía y caballerosidad, algo que hace mucho no usaba. Ella era mi creación, por eso merecía mi respeto.-soy Edward Cullen.

Sus latidos volvieron a incrementarse y su mano se crispó bajo mis labios.

¿Por qué me pones nerviosa?, ¿ por qué no puedo recordarte?

-¿Que don tienes?-quise saber con cierta curiosidad

-Controlo tu mente, puedo hacerte sentir el peor dolor de tu vida.-por su mente cruzaron algunas imágenes de ella aplicando su don sobre Demetri y cayo.

Reprimí una sonrisa cuando su don hizo caer a Demetri en el suelo retorciéndose de dolor.

Digna creación mía, letal como me lo esperaba

-increíble.-murmuré con admiración.

-¿eso crees?-sonrió con timidez y se negó en sostenerme la mirada. No cambiado en nada definitivamente. Seguía siendo la misma chica que se dejaba intimidar fácilmente. Tan humana.

Wow..Viniendo de un Cullen es un verdadero alago.

-tu visita tiene un motivo, ¿o no es así?

- Si, lo tiene. Cayo y Marco me enviaron a buscarte. Quieren verte en el despacho ahora.-bufé con amargura. De seguro querían sermonearme por lo del cristal roto.

-¿Sabes de qué se trata?-interrogué por si se habían enterado de lo sucedido esta noche entre Bella y yo. Aunque Demetri juró no decir nada, yo no me confiaba de el.

- No, pero no tienes por que preocuparte, hiciste algo muy bueno esta noche. No me refiero solo a Bella, sino también a las personas que pudimos salvar Felix y yo gracias a ti.-mientras decía todo esto me miró con admiración.

Si supieras que lo bueno que hice no remedia nada de todo el mal que he hecho. De todas las vidas que he extinguido.

Jane era la primera que me daba las gracias sin preguntarme el motivo de mi buena acción. Eso me indicaba de antemano que no la íbamos a llevar muy bien. Creador y creada.

Quiero darte las gracias, Edward, pero no sé como tomaras mi gesto.. ag, que más da..

-Puedo darte un abrazo, es mi forma de agradecerte por lo que hiciste por bella.-pidió y sus mejillas se pusieron coloradas.

Hmmm..

-Por qué no-dije encogiéndome de hombros. Jane se aproximo hacia mi con cautela y me estrecho en un abrazo calido y suave, le devolví el abrazo con igual suavidad, no quería dañarla.si tan solo tu hermana me hubiera agradecido de este modo…

-será mejor que bajes.-murmuró separándose de mi. Asentí y bajé rápidamente las escaleras hasta llegar al primer piso.

Aquí viene.-pensó marco.

Caminé con las manos en los bolsillos hasta las puertas corredizas de madera que separaban la sala del despacho de Aro. me crucé con algunas miradas de Heidi y Demetri en mi trayecto. Las puertas corredizas se desplazaron y detrás de ellas estaba cayo.

-Edward.-fue todo el saludo.-por favor pasa.

Podía sentir la tensión en el aire.

-Siéntate-dijo marco con un ademan de mano.

-no gracias. Así estoy bien-respondí

Cayo se sentó en un sillón de cuero blanco y me observó con cara de pocos amigos.

Aquí venia el sermón, Lastimosamente tenía que aguantármelo. Carlisle me había advertido acerca del causar problemas..

-Vamos a ser breves e ir al grano-comenzó cayo.- Odiamos tu comportamiento, Edward. Eres grosero con todos, no respetas límites y atacaste a Demetri.

Pobre idiota... No era capaz de enfrentarme así que corría a ponerle quejas a otros.

-Así soy yo.-me limité a responder.

-Ese es el problema, Edward-interrumpió marco- o cambias tu actitud o lamentablemente tendremos que pedirte que te vallas.

-No sé como sean las cosas en Italia, pero en está nos basamos en el respeto, y sobre todo respetamos a nuestra familia…

-No te estamos pidiendo que pases las noches en familia, solo un poco de respeto para mejorar la convivencia.-por Dios! Este lugar era de locos,¿ que pretendían?,¿ Ser una familia normal?. No entiendo por que se empeñan en negar lo que son.

Yo ni siquiera podía decir que tenía familia. En volterra todo era tan diferente…

Éramos compañeros todos, compañeros de guerra, no había ningún tipo de familia… quizás hubieran algunos mas cercanos a otros como en mi caso Alice y Emmett que podrían considerarse mis hermanos. Esme, una mujer compasiva a pesar del rango que tenia al ser la esposa del tirano de Carlisle. Ella entregando su amor de madre a todos se había ganado mi cariño poco a poco y a veces podía decir que era como una madre para mí. y por ultimo, pero no menos importante Carlie, mi pequeña vampira humana. La había encontrado una noche fría hace un año mientras iba divagando solo por las calles de volterra buscando a una presa; ella estaba congelándose del frió en un callejón sin salida, y al igual que con bella, caí en su hechizo; me perdí en sus ojos verdes y en su inocencia. Desde ese momento era mi tesoro mas preciado. Mi niña que descongeló un poco mi frió corazón. Mas me había obligado a abandonarla por buscar esos neófitos en este pueblo, eso era lo que mas me dolía de haber partido de volterra, Haberla dejado sola. No confiaba en Carlisle, tenia conocimiento de sus alcances y temía que el le fuera a hacer daño.

-Entonces…¿Estás dispuesto a cambiar?

-No puedo cambiar lo que soy.-repuse con calma. Cayo frunció el ceño.

-entonces tendrás que irt…

-Pero puedo intentarlo.-dije agachando la cabeza. Era la peor humillación de mi vida... maldito Carlisle y sus estupidos planes, por que estaba seguro de que tanto interés por mantenerme conviviendo con los Vulturi no era en vano… el tramaba algo.

-Muy bien.-dijo marco.-puedes irte.

Asentí, gire sobre mis talones y Salí.

Estar aquí es un infierno. pensé.

El sol se asomaba por en medio de las oscuras cortinas de mi habitación… un nuevo día en este maldito pueblo... Forks

Toda la noche me la pase ingeniando un pan de búsqueda para encontrar a esos neófitos. un mail de Alice que me llegó en la madrugada me advirtió que serian difíciles de encontrar y que era mejor que me apresurara, era peligroso dejar tanto tiempo a Carlie sola, era solo un presentimiento de alice, pero yo sabia que cuando esa pequeña pitonisa presentía algo, ese algo sucedía.

Me levante de la cama, corrí las cortinas y mire por la ventana; los pocos rayos de sol que habían chocaron directo contra mi piel formando ese efecto arco iris, y por primera vez disfrute de ello cerrando los ojos ... El calor sobre mi piel.

Las voces de bella y jane llegaron hasta mí desde la cocina.

-Edward es alguien muy bueno, Bells.-dijo Jane.

-No es cierto.-replicó Bella.-Él es malvado; grosero, egocéntrico, mentiroso, soberbio

¿Eso crees?, ya lo veremos…

Salí de la habitación y bajé lentamente las escaleras escuchando atentamente cada palabra con las que me describía Bella.(Todas desagradables)

-Pareces que la conoces muy bien.-añadió jane. El olor a café recién hecho, tostadas, jalea de mora y mantequilla de maní llegó a mi cuando estuve en el primer piso. Estaban desayunando o algo así

-No!.- se apresuro a decir bella sobresaltada.- es solo que el clan Cullen es así, o eso dijo aro. Son unos ASESINOS!!

-No todos tiene que ser así. Edward puede ser diferente.- Jane sorbió su café.

- Te estás cegando por su buena acción . Él no es como tu crees. Él fue quien…

Me aproximé rápidamente a al cocina y llegué justo a tiempo para impedir que Bella metiera la pata.

-Buenos días!.-el saludo fue colectivo, sin embargo Bella me ignoro escudándose bajo su taza de café

-Buenos días, Edward.- respondió jane girándose para verme con una sonrisa.-¿qué tal tu noche?

Bella seguía escudándose bajo su café, lo miraba detenidamente huyendo de mi mirada.

-Amarga...-sobre todo por que tu hermana es una desagradecida-no me acostumbro a éste lugar. Extraño Italia.

-Pronto te acostumbraras… Forks tiene sus encantos.

No lo dudo. Tu hermana es uno de ellos.

Giré mi cabeza para lanzarle una mirada a bella y curiosamente ella llevaba una bufanda color rosa con royas blancas atada al cuello, era algo extraño ya que estábamos en pleno verano, aunque en Forks no se notaba mucho, habían algunos rayos surcando los cielos el día de hoy, de pronto recordé la marca que le había hecho anoche.

-Me quedaría a hablar contigo un rato mas, pero debo irme, ya sabes… problemas de neófitos.-dije.

-Puedo acompañarte.- pidió- no me vendría nada mal algo de aventura

-Es mejor que no. Puedes lastimarte. No quiero que te hagan daño.- en parte era eso, pero también quería saber como reaccionaria bella ante esto.

-Está bien, como tú digas. Buscaré otra aventura.-dijo encogiéndose de hombros me dedico una media sonrisa, le devolví la sonrisa y me incliné para besar su mejilla.

-Nos vemos Jane.-le dije y desaparecí por la puerta trasera.

-Oh por Dios!, Oh por Dios!- exclamó bella histérica.- no puedo creer que quisieras irte con el. ¿qué te ocurre? ¿En qué estas pensando?

-Bella, cálmate. Yo solo quería aprender un poco de lucha y quien mejor que Edward, un autentico cullen, para enseñarme.

-Estás loca jane!-repuso Bella.

-Yo solo quería aprender…

-¿Aprender?,¿ A ser una asesina?

- Bella, estás malinterpretando las cosas..-Se excusó Jane.

- No estoy malinterpretando nada. Iré a hablar con él, quiero que se aleje de ti, y te pido a ti lo mismo, aléjate de él. No quiero que te haga daño, Jane.

- Bells..-escuché el sonido de la puerta cerrarse detrás de mi, comencé a caminar rápidamente rumbo al bosque, bueno, ni tan rápido, solo para estresarla un poquito.

-Edward.- me llamó mientras me seguía. La ignoré y seguí avanzando.- Edward, detente! Sé que me escuchas….

Seguí caminando… ella comenzó a correr, pero se tropezó y cayó al césped, gruñó.

No pude evitar reírme de su torpeza.

-Te seguiré, no importa donde vallas.-me advirtió levantándose y sacudiendo de su ropa las hojas.

Así seguimos por un buen rato hasta que nos alejamos lo suficiente de la casa.

Caminaba lentamente por la hierba húmeda cuando de pronto, escuché un chapoteo en el agua y un grito de bella .me giré para verla conteniendo una sonrisa, se había caído en una laguna cerca del sendero por el que yo acababa de cruzar, sus mejilla estaban coloradas por la ira y su entrecejo fruncido. Está seria una imagen que recordaría por la eternidad, era demasiado graciosa para olvidarla.

Bella, mi torpe Bella….

Caminé hacia ella con un andar despreocupado mientras una sonrisa burlona destilaba en mis labios, ella intentaba salir de la laguna, mas la tierra era demasiado húmeda y engañosa para apoyarse en ella. Le extendí mi mano cuando llegue hasta la orilla, Bella la rechazó con un movimiento esquivo.

-No necesito tu ayuda.- sus mejillas se enrojecieron una vez mas ante otro intento fallido de salir

- Está bien. –dije cruzándome de brazos, retrocedí unos cuantos pasos.-sal tu sola.- le sonreí otra vez para irritarla aun más...

Otro intento fallido…

-Quieres mi ayuda si o no?- pregunté

-No! No quiero estar de nuevo en deuda contigo.

La miré confundido.

-los favores se cobran, recuerdas? No quiero cometer ese mismo error de nuevo. – los recuerdos de la noche anterior se agolparon repentinamente en mi mente arrancándome una gran sonrisa.

- que desconfiada eres.-le dije.

- solo contigo… apuesto a que estás disfrutando esto.-espetó.

- y mucho.-admití enseñándole otra de mis sonrisas.

- todo esto es tu culpa-.me gritó echando chispas.- te odio Edward Cullen, te odio...

Asi como me odias, me necesitas..

- si tanto me odias, te dejaré sola para que puedas resolver esto tu misma y no te molestes con mi presencia.- giré sobre mis talones y di un paso

-Edward!. –dijo rindiéndose

-¿Si?.- otra sonrisa, si que estaba disfrutando esto.

-Ayúdame a salir de aquí.-exigió furiosa. Giré de nuevo para encontrarme con su mirada

- uy... eso sonó mal. Creo que a cierta personita se le han olvidado las palabras mágicas…- sonreí de nuevo, ver a bella irritada era la máxima diversión, sobre todo cuando era yo quien la irritaba.

Ella bufó y sus ojos llamearon.

-Por favor.- pidió a regañadientes.

- Mucho mejor.- me acerqué un poco y le extendí de nuevo mi mano, bella la tomo cautelosa, la jalé un poco de fuerza y en unos segundos ella estuvo de nuevo en tierra firme escurriendo agua por todos lados, la ayudé a ponerse de pie. Ella retorció su camisa escurriendo un poco del agua que emanaba la prenda enseñándome quisiera ella o no una parte de su abdomen plano y su sensual ombligo, además la ropa mojada se le ajustaba a cada cm. de su piel marcando cada uno de sus puntos fuertes.

-Qué me ves?-inquirió.

-Todo…-le dije acortejándola, bella se ruborizó.

- De De deja de jugar.- tartamudeó, su cuello y sus mejillas se tornaron rojas.

-¿Crees que estoy jugando?

-Cla claro que si. Se lo que intentas hacer, quieres que baje la guardia para...

-¿Para qué?-interrogué sacando un poco mi lado seductor.

- Para que puedas seducir a Jane y acabar con ella, se muy bien lo que planeas…. Alejate de ella!- el chocolate de sus ojos se oscureció y sus mejillas se enrojecieron de ira. Su expresión me recordaba a alguien, pero no podía recordar a quien

- No te quiero cerca.. vete de nuestras vidas, lárgate de forks!-prosiguió gritando

- Tanya claro… la mezcla de furia, tristeza y decepción me recordaba Tanya cuando estaba celosa…

Mierda, bella estaba celosa!

No pude evitar sonreir.

-¿Por qué diablos te ries?, estoy hablando en serio!

-Quieres que me aleje de tu hermana por su seguridad , o por qué los celos te carcomen?

Ella se quedo quieta y en silencio

-¿Celos, yo?- inquirió nerviosa-, por favor… ya quisieras.

-Si estás celosa.- le sonreí de nuevo.

-No estoy celosa.-su voz temblaba.

- Claro que si bebé.- me acerqué a ella unos pasos.

-Ni un paso mas.-me advirtió- espera,¿ cómo acabas de llamarme?

-Be- bé- enfaticé cada silaba.

- No me gusta que me llames así. mi nombre es bella escúchame bien, Be-lla.

-Estoy de acuerdo eres bella.. de hecho eres bellísima.- Ella suspiró irritada.

Avancé hacia Bella unos cuantos pasos mas hasta que estuvimos a escasa distancia el uno del otro, desenrolle lentamente la bufanda de su cuello. Ella se quedó muy quieta ante mi contacto, me deshice de la molesta prenda para observar la marca roja sobre su piel pálida.

-¿Te gustó la marca que te hice?- dije mientras acariciaba el cardenal rojizo.

- No.- sonó mas como una pregunta- ¿por qué tuviste que hacerlo?-parecía nerviosa e insegura. Coloqué mis dedos fríos sobre la marca una vez mas.

-esto para que no se te olvide que le perteneces a alguien.

Ella abrió la boca para protestar, pero sus palabras se le quedaron atoradas en la garganta, sus latidos eran veloces. Cogí su bufanda y la pasé alrededor de su cintura sujetando cada extremo con una de mis manos, jalé un poco cada extremo atrayéndola hacia mí. Su cuerpo chocó contra el mio y sentí de nuevo esa sensación de placer expanderse por mi cuerpo… Necesitaba su calidez..

-Edward.-dijo colocando las manos en mi pecho creando una calida y frágil barrera que podría romper sin problema, no tanto por mi fuerza sino por que el poco autocontrol que tenia bella desaparecería en poco tiempo y ella estaría completamente sumida en el abismo de la perdición junto a mi. Nunca le permitiría salir de allí

Dejé caer la bufanda al césped para poder tomar sus manos entre las mías y entrelazar nuestros dedos, la estreché un poco mas contra mi. Está vez no dejaría pasar la oportunidad, la besaría así ella no quisiese, mi necesidad por ella dejaba a un lado la razón.

-Será mejor regresar.-dijo en un suspiro.

-Negué con la cabeza, desvié mi mirada de sus ojos para ver está vez con ojos dulces nuestras manos unidas, acaricié con mi pulgar cada milímetro de piel accesible de nuestra calida conexión. Ella siguió el curso de mi mirada y otro suspiro de parte de ella nos rodeó. Por fin juntos…

Pero de repente escuché unas voces muy familiares que borraron todo rastro de mi felicidad,

-Estamos cerca.-dijo la voz femenina,

Oh, MIERDA!, ¿cómo diablos?


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CHA CHA CHA CHAN, CHA CHA CHA CHAN

¿Con quien se encontraron Edward & Bella? Lo sabrán en el próximo capitulo mis niñas… A petición de ustedes hice de este capi un POV EDWARD. Espero que les guste muchísimo, algunas se preguntaran sobre el primer beso de Edward y Bella y se cuanto lo esperan, pero lamento decirles que se demorará un poquito mas todavía en suceder ( quiero mantener la tensión en la historia además de que quiero que sea un momento muy especial!)

Nos leemos luego y besotes desde Colombia

Tati Gómez

martes, 25 de enero de 2011

Atascada en Problemas

Hola hermosas me comunico para que vean que no me olvido de nadie, y que me disgusta enormemente no escribir nada, pero las cirscuntancias no me lo han permitido. Se que dije que seguiria un calendario pero apenas y pude publicar dos capitulos cuando las cosas no funcionan bien.

Al principio fue que no tenia acceso a internet pero la verdad eso no me preocupo mucho, pero ahora las cosas se han complicado en mi casa, no estamos nada bien y es por eso que no he tenido animos de nada. Estoy bajoneada, y cuando intento escribir pues no sale nada, estoy atascada en toda la mierda que estoy viviendo ahora. Estoy intentando ser lo mas positiva que se pueda pero por lo visto salgo de una para meterme en otra, alguien debe odiarme mucho o quererme muerta para que me pasen tantas cosas al tiempo.

El caso es que no se cuando pueda volver a escribir pues no tengo animos en este momento, pero de algo si puedo estar segura terminare todas y cada una de mis historias, solo que se tardaran un poco porque no me siento bien. Espero que no sea mucho lo que tarde, sin embargo no se cuanto pueda ser ese tiempo. Aun asi espero que sigan apoyandome y esperen pacientemente como lo han hecho cuando tardo en publicar. DE verdad entiendan y nos vemos en cuanto todo se solucione si es que las cosas se dan bien.

lunes, 24 de enero de 2011

HOLA SEGUIDOR@S DEL BLOG.
SOY MAY CULLEN Y ME GUSTARÍA PEDIRLES ALGO.
TENGO UNA HISTORIA NUEVA EN LA CABEZA Y HE ESCRITO UN PAR DE CAPÍTULOS, COMO NO TENGO BLOG PROPIO QUISIERA PUBLICARLO AQUÍ, PERO NO SE SI LA PÁGINA PUEDE SOPORTAR MÁS RELATOS.
HAGÁNMELO SABER YA QUE LU ESTÁ FUERA Y SI NO YA PENSARÉ COMO HACERLO O SI ALGUIEN QUE TENGA BLOG QUIERE PRESTARME UN HUECO SI LE GUSTA MI FORMA DE ESCRIBIR.
GRACIAS A TOD@S ESPERO SUS COMENTARIOS.
MAY CULLEN.

sábado, 22 de enero de 2011

ANHELO DESDE LA OSCURIDAD - CAPÍTULO VI: “Deberías temerme”





Sin Jacob Black en mi camino todo era más fácil ahora. Sin molesta presencia Bella se había saturado un poco en su trabajo, pero “milagrosamente” aparecía yo y le ofrecía una mano amiga. La ayudaba con las cuentas y clasificación de personal, además de una serie de eventualidades que también le tocaba que sobrellevar por ser la gerente general de Cullen´s Publicity Office. 

Gracias al cielo; y mi bajo sentido de lo ético; Bella dejó de pensar que a su “amiguito” le había ocurrido algo malo. En vez de eso logré influir en ella para que creyera que él la había abandonado al ver la serie de obligaciones que tenía, o a lo mejor se había escapado con una chica. 

Si, las cosas estaban saliendo como yo quería.




Se suponía que a las veinte horas me vería con Isabella en su departamento; y a penas eran las tres de la tarde. No tenía nada que hacer. Ya había puesto al día absolutamente todo: las cuentas bancarias, las inversiones, las llamadas de negocios, e incluso había hecho los quehaceres de la casa. 

No es que me fascinara hacer de “doméstica” pero con algo debía matar el aburrimiento, ¿Cierto?. Ser inhumanamente rápido puede hacer que el ritmo de vida normal se vuelva largo y tedioso; como se me estaba haciendo esta condenada espera por la cita con Bella. Según ella yo iría a su casa por primera vez y para ayudarla con el cerro de trabajo acumulado que tenía en su escritorio. Habían pasado tres días desde que nos quedamos hasta tarde en su oficina repasando inventarios y listas de recursos humanos. 

Todo eso era lo más tedioso de mi papel, tenía que soportar la lidiosa actuación de “buen chico” mientras me aseguraba que ella cayera en mis redes, cuando estuviese seguro de que no podría olvidarme aunque le diera Alzheimer entonces procedería a transformarla. Según las teorías de Carlisle nuestros dones y sentimientos se intensificaban al transformarnos; basados en mis propias habilidades podía dar crédito de eso. 

O al menos quería creerlo. Solo así toda esta porquería de espera tendría algún sentido para mí. 

Ojalá así fuese.




  • -       ¡Hola, Edward! ¡Pasa! – dijo Isabella después de quedarse deslumbrada por mí en la entrada de su casa.
No es simple arrogancia, la verdad es que me encantaba dedicarle mi sonrisa torcida para disfrutar de su rostro exquisito que parecía extasiarse con solo observar el mío. Eso me hacía sentir más dueño de ella. 

  • -       Buenas noches, Bella. ¿Cómo has estado? Aparte de ocupada, pues eso es lo que me trae acá. <<…Y mi total y completa demencia posesiva por ti…>> - dije al pasar por su lado y escuché con claridad como sus fosas nasales se dilataron para permitir que más aire llenara su nariz de mi fragancia.
Sabía que mi olor natural era una forma de atrapar a mi presa. Y además me gustaba utilizar una fragancia fresca y masculina como la Issey Miyake clásica. 

A ella parecía fascinarle puesto que; basado en las ocasiones anteriores en las cuales me encontré con ella; cuando estábamos juntos inhalaba lo más cerca de mí que le permitiese una conducta socialmente correcta. 

Si supiera que yo la había espiado y acechado de las maneras más viles y enfermizas, y peor aún, que no tenía ningún remordimiento de conciencia por eso. Muy por el contrario, esperaba que ella finalmente me diera la señal de que estaba enamorada de mí para dar el paso definitivo. Convertirla en lo que yo era, un vampiro. Quería que compartiéramos la infinidad de nuestras vidas.

Un amor inmortal. 

Si suena cursi, no me importa. Ese era mi deseo y lo que yo quería. Se cumplía, así que Isabella Marie Swan sería mí compañera más pronto que tarde.

Me sonrió con timidez y su mirada me esquivó tal y como hacía cuando se sentía apenada por algo. En ese momento no comprendí su reacción. Odié no poder leer su mente.

-       Preparaba la cena…- << ¡Ahh comida mortal de nuevo! ¡Asco! >> - y arreglaba los pendientes que vamos a revisar y poner al día.

-       Ya. – asentí y me senté en el sofá.

-       ¿Gustas algo de beber antes de la comida? Aunque esta ya está casi lista…- adoraba verla titubear; su autocontrol se esfumaba si me tenía cerca.

Negué con la cabeza. – Esperaré el plato fuerte. – le guiñé un ojo con picardía causando con esto que sus latidos se incrementaran hasta colmar la sala de estar con su sonido.

Contuve una risa burlona.

La cena estuvo en diez minutos, ella sirvió y cuidó cada detalle de la presentación de los platos. Se veía muy dedicada y para variar eso también me gustó. No podía haberme topado con alguien mejor para erradicar mi soledad. Isabella era la mujer perfecta que debía ser inmortalizada. 

Y así sería.




  • -       No… la verdad creo que deberíamos dejar todo hasta aquí, Edward. Es muy tarde y no deberías esperar a que se haga más tarde…- me dijo Bella con reticencia al percatarse que pasaban de las once de la noche en aquel momento.
  • -       Tranquila, Bella. Yo traje mi carro y el camino hasta mi casa no es peligroso… - << Lo único peligroso en ese trayecto soy yo>> - Además te prometí que te ayudaría…
  • -       Pero ya hiciste suficiente por esta noche. No quiero que te molestes…
  • -       A mí no me molesta ayudarte...- la interrumpí – en nada. Creo que he sido lo bastante claro cuando te he dicho que puedes llamarme a cualquier hora tanto del día como de la noche si me necesitas para algo.
  • -       Sí, lo sé y te lo agradezco. Pero no por eso voy a aprovecharme de ti. – lo dijo con tanta preocupación, que mentiría si digo que solo me conmovió. También me causó mucha gracia puesto que ella ignoraba que de lo único que me cansaba era de esperarla.
Sin poder reprimir el comentario que se me salió a continuación:

  • -       Personalmente, no me molestaría que abusaras de mí. – mi tono era seductor en apariencia con un trasfondo divertido.
Isabella se puso de color carmesí y apenas pude contener el deseo de probar esa deliciosa sangre que la ponía de aquella manera tan irresistiblemente sexi. 

La anhelaba…la quería…la am… la… eh…

En fin. 

Me regodeé en su timidez.

  • -       Edw…ard. Deja de decir necedades. – se hundió más de lo estaba entre sus mullidos cojines del sofá. Además tomó uno y lo apretó contra su pecho; como si así pudiese calmar los latidos desaforados de su corazón.
  • -       ¿Te intimido, Bella? – mi expresión se tornó más seria. Eso me interesaba demasiado como para bromear en ese momento - ¿Te doy miedo?
Ella negó con la cabeza y tragó grueso, pero no habló.

  • -       ¿Te gusto?
La pregunta de fuego…
  • -       Ah…yo…Edward yo…digo tú…
  • -       Isabella no balbucees. Solo dime. Si me dices que no… - << Igual no te dejaré >> - …no hay ningún problema.
  • -       ¿Y si te digo que sí? – pronunció en un débil susurro.
  • -       Entonces te diría que el sentimiento es recíproco.
  • -       ¿En serio? – abrió los ojos como platos – yo te…
Asentí satisfecho y algo aliviado también.

  • -       Tú me gustas, Isabella Marie Swan. Me gustaste desde el mismo momento en que cruzaste la puerta de esa cafetería atestada de gente. Y más desde que decidiste ir a mi mesa a preguntar si me cono…- me detuve en seco ya que esa duda me atormentaba. - ¿De dónde te parecí conocido?
Su sonrojo me enigmó más. ¿Qué me escondía?
  • -       Yo… - se aclaró la garganta y me miró a los ojos. – Pensarás que estoy loca, pero igual lo pienso decir…- la animé con la mano a que continuara - …Yo te vi en sueños varias veces, Edward. Después de encontrarnos en la cafetería intenté hacer memoria de donde me parecías familiar, y luego de mucho pensar…recordé que había soñado un par de veces. Sé que suena descabellado…
  • -       No…a partir de cuando empezaron esos sueños? – tal vez mi actitud le parecería demasiado sospechosas, pero no podía disimular la grata curiosidad que sentía por sus “sueños”.
  • -       Hace más de un mes. – el tiempo que llevaba viéndola y hablándole mientras dormía. ¿Pero cómo veía mi cara en ellos?
  • -       ¿Ha sido continuos?
  • -       Más o menos. A veces dos o tres veces por semanas. ¡No quiero asustarte…!
Le coloqué mi mano tiernamente en su mejilla que inclinó levemente hacia mi palma, poco pareció importarle que estuviese fría ya que se quedó recostada de allí como si estuviese disfrutando de alguna clase de placer.

  • -       No me asustas, Bella. Creo…que eres alguien muy intuitiva. - << ¡No te imaginas cuanto! >> Quizá algo en ti te avisaba que llegaría a tu vida. Me siento halagado.
Antes mis palabras se apartó de mi roce con asombro.
  • -       ¿En serio no te importa?
Negué sin hablar.
  • -       ¿Por qué? Otro en tu lugar saldría pitando de espanto gritando que yo soy una loca y que me alejara inmediatamente de ti. – pronunció las palabras con un falso tono divertido, pero supe que en el fondo estaba especulando con varias respuesta.
Seguramente pensaba que solo quería acostarme con ella e irme para siempre. La verdad…es que eso era mitad verdad. Solo que no pensaba irme y ella no podría huir.
  • -       Creo que ya fui bien claro. Me gustas, tal vez demasiado para las pocas veces que nos hemos visto. Pero aunque te suene cursi, me cautivaste desde el principio. Sin haber siquiera abierto la boca, imagínate lo que sintió este pobre…- me señalé el pecho pero contuve la risa antes de seguir hablando. A pesar de que hablaba en serio. – hombre al ver que se le acercaba una despampánate afrodita moderna.
  • -       ¡Cállate! – dijo tímida mientras se mordía el labio con nerviosismo y sensualidad.
Tuve que recurrir de nuevo a mi autocontrol para no tener una erección que acabara con todos mis progresos hasta ahora…pero lo que vino después no lo pude contener.
Alargué mi mano hasta que mi pulgar rozó su labio hasta que ella soltó el agarre de sus dientes. Sabía que sería placentero, pero nunca esperé sentir ese ramalazo de calor que me envolvió cuando caí en cuenta que era la primera vez que rozaba su boca estando ella consiente.

Avancé poco a poco hasta que intercambiamos alientos, podía sentir el suyo cálido que entraba para calentar mi garganta, que no solo ardió de sed, sino también de deseo. Sobre todo de eso.

  • -       He pensado en esto desde que te conocí. – susurré a un centímetro de su boca.
Su labio inferior temblaba ante la expectativa de recibir la caricia anhelada de mi boca. Sonreí en mi interior con perversidad. Yo también lo quería.
  • -       ¡Pues toma lo que quieras, Edward!
  • -       No digas cosas de las que te puedas arrepentirte luego.
  • -       Tu mismo lo acabas de decir tú mismo ahora. Puede que me arrepienta..pero no será ahorita.
Dicho esto me tomó del cuello de la camisa y juntó nuestros labios. De verdad que quise ser suave y tierno por ser el primer beso. Pero cuando se tiene casi un siglo esperando por una compañía como lo era ella para mí, el autocontrol se vuelve un término desconocido, o al menos no es bien recibido. 

Sin más preámbulos mi lengua se abrió paso vorazmente entre nuestros labios para explorar los secretos de sabor que ese lugar tan codiciado guardaba para mí. Pero ni mis mejores suposiciones se acercaban a esto. Era como el cielo y el infierno. La gloria y la perdición. Un ángel y un demonio juntos en los labios de una mujer que pronto sería inmortal. 

No quería separarme, fue exquisitamente corto, pero si no me apartaba de ella en ese preciso instante la tomaría ahí mismo, aunque su cuerpo fuese frágil. A pesar de que su piel seguía siendo sumamente delicada. Podía dañarla…matarla.

¡No! La esperé demasiado como para perderla. Eso me dolería demasiado, y yo no sé lidiar con ese sentimiento. No pienso en su bien, sino en el mío. Solo que para que mi deseo sea saciado; si es que eso era posible; necesitaba que ella siguiera sana y salva.

Por toda la eternidad y a mi lado.

Poco a poco me deshice de la presa de sus labios, pero antes de separarme totalmente le di un beso corto en las comisuras para que quisiera más de mí. Pero no lo haría esta noche, sino cuando yo quiera y eso sería pronto. 

Mis necesidades de hombre me lo pedían.

Poco tiempo después me despidió en la puerta de su departamento, no le dejé que bajase a despedirme a las afueras de su edificio. Ella quedó encantada con mi caballerosidad y yo con su obediencia. 

Si ella sería sumisa, me haría las cosas más fáciles.

Cuando llegué al lobby me topé con un señor algo avanzado de años, uno sesenta años quizás que tenía un manojo de llaves con las que se apresuraba a cerrar la puerta de la entrada.
  • -       Buenas noches. – dije con una sonrisa algo oscura al recordar el final del conserje anterior – Voy saliendo, caballero.
El hombre de pelo canoso y estatura mediana me concedió el paso con gran educación a pesar de lo agotado que se veía.
  • -       Pase usted, caballero ¿Volverá muy tarde? Es que debo cerrar el portón ya que el otro conserje se desapareció sin dar señales de vida y la junta de condominio cree que pueda  volver y levarse algo de aquí. No quiero sonar indiscreto pero es lo que se me ordenó que dijese en casos como estos.
  • -       Tranquilo. Voy de salida. Es mi…novia quien vive aquí. Asi que no volveré sino hasta maña. Que descanse.
El hombre sonrió y me dije a mi mismo que este no merecía un trágico desenlace como el otro. Al menos por ahora.

Reí ante mi maldad autodesarrollada mientras  iba de camino a mi volvo plateado.

Era una criatura terrible, sin escrúpulos.

-       Deberías temerme, Bella. Deberías hacerlo. – y me carcajeé ante las pocas posibilidades que habían de que eso ocurriese.


OH DIOS POR FIN!! Bien chicas espero que esta nueva entrega les guste. Sé que me tardé mucho; como siempre; pero tengo demasiadas cosas que hacer y que n puedo posponer. De todas maneras denle las gracias a mi amiga del alma Rochii que me presionó para hacer este capítulo más rápido. En realidad me chantajeó; con publicar mi teléfono; pero en fin aquí se los dejo.

PD: Te lo dedico Rochii, por animarme a seguir escribiendo cielo..y por darme un sobrinito tan bello.

“Creen que el capítulo fue bueno? O malo? Pues déjenme un comentario!! O no me lo merezco?”




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